Utilizando CGI, el artista canadiense Benjamin Freedman presenta una cautivadora secuencia de imágenes que reconstruye meticulosamente sus recuerdos infantiles de un viaje familiar por carretera a Maine en 1999. Desdibujando la línea que separa la realidad de la simulación, estas imágenes surrealistas juegan con lo efímero de la memoria y su inseparabilidad de la fantasía. Las escenas recreadas por Freedman de restaurantes de carretera, piscinas y picnics crean un paisaje onírico visceral y sensorial que evoca los sonidos y olores de sus recuerdos infantiles.
Estas imágenes construidas digitalmente exploran el modo en que la tecnología nos permite revisitar y reimaginar el pasado de formas que nos resultan a la vez familiares y extrañas. Las distinciones entre el recuerdo personal y la nostalgia colectiva se ven comprometidas, creando un reino visual idiosincrásico saturado de emociones e historias compartidas. El uso que hace Freedman de las herramientas digitales para recuperar escenas nostálgicas subraya la fluidez de la memoria, al tiempo que desafía las convenciones tradicionales del medio fotográfico.
Con un ensayo de Cat Lachowskyj.
Tapa dura
21 x 28 cm
144 páginas