La última monografía de Joshua K. Jackson tiene como telón de fondo nuestra nueva sociedad caótica, en la que nos enfrentamos a sentimientos a menudo abrumadores de miedo, ansiedad y soledad, al tiempo que tratamos de acercarnos unos a otros con la esperanza de un mundo mejor.
La comunicación es más fácil que nunca. Podemos comunicarnos con desconocidos y compartir nuestros puntos de vista con cualquiera, en cualquier lugar y en cualquier momento. Leemos un sinfín de tuits de personas a las que admiramos o despreciamos, con opiniones que defendemos o detestamos. Todo el mundo tiene voz, pero al mismo tiempo la soledad abunda en las ciudades superpobladas. El amor se busca en Internet, y el odio florece en un mundo virtual que parece crecer incluso cuando el físico se encoge.
La modernidad nos prometió libertad, pero en lugar de ello parece que vamos dando tumbos de una crisis a otra, a merced de amenazas invisibles. Nos atemorizan las siniestras maquinaciones que nos cuentan los expertos en televisiones cada vez menos fiables, o las conspiraciones proclamadas por personas influyentes aún menos fiables en las redes sociales. Cuanto más aprendemos, menos comprendemos, y nuestra desconexión nos hace sentir atrapados en una sobrecarga de información de la que no podemos escapar.
Y, sin embargo, todo el tiempo se crean preciosas conexiones en la vida real, que son aún más significativas por su escasez. Personas que se unen, ya sea para protestar, para luchar por un futuro mejor en el que todos podamos vivir, o para reunirse con alegría, tocándose las manos, celebrando nuestras victorias y logros. La esperanza es lo que impide que nos alejemos unos de otros, lo que nos une a pesar del constante ruido de fondo en la creencia de un mundo mejor y más conectado.
Tapa dura
240 x 290 mm
Bordes pintados de negro
96 páginas
51 imágenes
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